Edgar Rivero San José --- 6º de Primaria
Una tarde de otoño, un día nublado me aburría en casa y decidí ir a dar un paseo, por no ir solo fui a buscar a unos amigos, íbamos caminando por una senda cuando nos encontramos con un enorme bosque. Nos pareció que tenía algo misterioso, seguimos caminando y allí había un gran castillo. Uno quería entrar pero a otros nos daba un poco de miedo, pero al final entramos. Estaba todo muy destrozado y se oían muchos ruidos raros, vimos una sombra y fuimos tras ella, era el fantasma del dueño del castillo que murió y no lo abandonó. Estábamos muy asustados pero nos hicimos amigos de él, nos presentó a sus amigos que eran muchos: uno era el gnomo llamado Quasimodo, otro era un viejo mago llamado el mago Beltrán y un extraterrestre que vino de Marte.
Le gustó el castillo y la gente que lo habitaba y decidió quedarse a vivir con ellos. Nos dijeron que éramos los únicos que habíamos tenido valor para entrar sin apretar a correr cuando los vimos, porque hasta allí había llegado mucha gente pero cuando veían la sombra del fantasma del dueño del castillo apretaban a correr gritando y eso a ellos les sentaba muy mal porque no querían hacer daño a nadie, solo tener un montón de amigos para poder pasar las tardes agradablemente.
Le dijimos que nosotros no haríamos eso porque no les teníamos miedo y nos habían caído muy bien. Así que nosotros, muy agradecidos, todas las tardes los vamos a visitar y ellos se ponen muy contentos cada vez que los vamos a ver. Nos enseñan a hacer cosas que otros niños no pueden hacer como por ejemplo trucos de magia del mago Beltrán o las pócimas mágicas del gnomo Quasimodo.
Esta es la historia del bosque encantado en el cual hemos encontrado un montón de amigos y seres fantásticos y colorín colorado al bosque hemos llegado.
Una tarde de otoño, un día nublado me aburría en casa y decidí ir a dar un paseo, por no ir solo fui a buscar a unos amigos, íbamos caminando por una senda cuando nos encontramos con un enorme bosque. Nos pareció que tenía algo misterioso, seguimos caminando y allí había un gran castillo. Uno quería entrar pero a otros nos daba un poco de miedo, pero al final entramos. Estaba todo muy destrozado y se oían muchos ruidos raros, vimos una sombra y fuimos tras ella, era el fantasma del dueño del castillo que murió y no lo abandonó. Estábamos muy asustados pero nos hicimos amigos de él, nos presentó a sus amigos que eran muchos: uno era el gnomo llamado Quasimodo, otro era un viejo mago llamado el mago Beltrán y un extraterrestre que vino de Marte.
Le gustó el castillo y la gente que lo habitaba y decidió quedarse a vivir con ellos. Nos dijeron que éramos los únicos que habíamos tenido valor para entrar sin apretar a correr cuando los vimos, porque hasta allí había llegado mucha gente pero cuando veían la sombra del fantasma del dueño del castillo apretaban a correr gritando y eso a ellos les sentaba muy mal porque no querían hacer daño a nadie, solo tener un montón de amigos para poder pasar las tardes agradablemente.
Le dijimos que nosotros no haríamos eso porque no les teníamos miedo y nos habían caído muy bien. Así que nosotros, muy agradecidos, todas las tardes los vamos a visitar y ellos se ponen muy contentos cada vez que los vamos a ver. Nos enseñan a hacer cosas que otros niños no pueden hacer como por ejemplo trucos de magia del mago Beltrán o las pócimas mágicas del gnomo Quasimodo.
Esta es la historia del bosque encantado en el cual hemos encontrado un montón de amigos y seres fantásticos y colorín colorado al bosque hemos llegado.
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